El viernes 12 de septiembre Iggy Pop regresó a Buenos Aires para demostrar que algunas leyendas no envejecen, sino que mutan con intensidad. En un Movistar Arena repleto, desplegó un show hipnótico, feroz, adornado de guiños locales que hicieron del momento algo único.
Desde el arranque, Iggy pidió permiso al público porteño: apareció con la camiseta de Argentina, dejó claro que la conexión con esta ciudad le importa. Luego, Gaspar Benegas — guitarrista de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado — fue invitado al escenario para acompañarlo en Louie Louie, uno de los momentos más celebrados de la noche. Ese gesto generó ovaciones: parecía que el punk se abrazaba a lo local, mostrando que el rock argentino tiene su lugar incluso junto a las leyendas.
El repertorio combinó clásicos de The Stooges y de su carrera solista: sonaron T.V. Eye, Raw Power, I Got a Right, The Passenger, Lust for Life y otros himnos. Una banda afilada detrás suyo —con Nick Zinner, Joan Wasser, Brad Truax, Urian Hackney— sostuvo la intensidad. No faltaron los momentos de caos ritual: pogo, el micrófono siendo lanzado, interacciones directas con el público. El cierre con Loose selló la noche con broche de oro.
Iggy Pop demostró anoche que, aun con los años, sigue siendo bestia sobre el escenario. Mostrar esa camiseta, invitar a Gaspar, recorrer su legado con fiereza y entrega, todo fue parte de un viaje sensorial para los que estuvieron. Contanos, ¿qué momento del show te sacudió más —verlo con la celeste y blanca, la versión de Louie Louie, o esa ola colectiva con Loose?